10 ago 2021
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) resaltó en su último informe sobre Inversión Extranjera Directa (IED) que Paraguay fue uno de los pocos países que, pese a los efectos de la pandemia el año pasado, logró aumentar su flujo neto de inversión extranjera, generando unos US$ 568 millones, un 8,8% superior a lo reportado en el 2019.
El organismo internacional mencionó además que este nivel de inversiones está en el rango superior al promedio de la última década, cuando alcanzó los US$ 379 millones por año.
Respecto a las proyecciones a futuro en este aspecto, el economista Aníbal Insfrán refirió que las condiciones siempre están sujetas a las demás economías del mundo, mientras que las decisiones en consideración a las proyecciones que tengan los inversionistas, se rigen en relación al sector o región que quieran desarrollarse.
El profesional recalcó que Paraguay tiene las condiciones necesarias, por lo que las ventajas también son grandes debido a su estabilidad macroeconómica, los recursos naturales, un nivel de seguridad jurídica aceptable comparada a la región y un nivel de condición social razonable.
“Las condiciones globales no están bajo el control de Paraguay, pero sí las específicas, que es todo lo que aquel inversionista necesita para que llegue aquí con su capital”, enfatizó Insfrán.
En cuanto al sector en el que se debe abocar a futuro las inversiones, el economista opinó que son las de energía renovable, libre de carbono, inversiones de responsabilidad social y aquellas que ayuden al cambio climático.
“Ese tipo de inversiones son las que aparentemente van a ser muy importantes en los próximos años, son elementos del futuro y sumadas a las que ya tenemos será beneficioso para la economía local”, expresó.
En relación al gran significado de las IED, indicó que son fuentes de crecimiento que ayudan a fortalecer la economía y con eso a incrementar el capital y la productividad. Además, es fuente de nuevas tecnologías que las empresas extranjeras ya tienen.
Por otra parte, puntualizó que el desafío que aún queda, con la crisis que dejó la pandemia, es mantener lo que ya se ganó, continuar con la estabilidad macroeconómica y generar mayor institucionalidad en lo que respecta a respetar las leyes nacionales.
“Es un poco preocupante que aún tengamos esas debilidades, ya que el extranjero a la primera que vea no querrá invertir su dinero en esas condiciones”, finalizó Aníbal Insfrán.
IED EN EL PAÍS
El documento del organismo internacional detalló que la mayor proporción de las inversiones correspondió a préstamos entre empresas (45% del total), donde se registró un valor un 8,3% superior al del año previo.
De esta forma, los ingresos en aportes de capital se mantuvieron estables (caída del 0,6%). Por su parte, la reinversión de utilidades, pese a que registró un notable crecimiento (84%), únicamente explicó el 15% de la IED.
Los últimos datos disponibles sectoriales, correspondientes a 2019, indican que el 63% de la IED se destinó a las manufacturas (sobre todo la elaboración de aceites, la fabricación de productos químicos y la industria frigorífica), seguidas del transporte y los servicios financieros.
En 2020, Cepal también subraya que nuestro país fue el destinatario del mayor anuncio de proyecto que se realizó en América Latina y el Caribe, que es la de la creación de Paracel, la fábrica de pasta de celulosa y plantaciones de eucalipto.
El informe también puntualiza que la mayor meta de la IED actualmente es lograr los más altos estándares de sostenibilidad. Surge como un emprendimiento conjunto entre el grupo Zapag, líder paraguayo en importación y distribución de combustible, y el grupo sueco Girindus Investments, experto en la cadena productiva de la celulosa, desde la reforestación sostenible hasta la producción de celulosa. La inversión estimada de todo el proyecto es de US$ 3.600 millones (BID Invest, 2021), lo que la convierte en la mayor inversión privada en la historia del país.
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