17 sep 2020
Por Miguel Ángel Calisto, diputado de la República y presidente pro tempore Cisap
Durante el desarrollo del siglo XX, el Océano Atlántico fue la ruta comercial de mayor utilización para el intercambio y desarrollo mercantil. Sin embargo, hoy la perspectiva de desarrollo está en el Asia-Pacifico, cuya capacidad productiva y proyecciones atraen no solo los países de América que no tienen acceso al Océano Pacífico, sino también a los países europeos que ven y proyectan el futuro en la ruta del pacífico que los guíe y conecte a los pueblos de Asia y Oceanía.
Por este motivo, los países de la región están buscando una ruta de acceso al Océano Pacífico con la misión de acceder al comercio multilateral, siendo fundamental los actos de fraternidad de las fronteras con salida a este océano, quienes adquieren mayor relevancia o valor frente a la interdependencia necesaria de las naciones para alcanzar el desarrollo, perfeccionado grandes acuerdos y negociaciones multilaterales para lograr el objetivo transfronterizo. En este sentido, debemos hacer grandes esfuerzos de ingeniería, económicos y medioambientales, cuyos resultados se concretarán con la creación de rutas comerciales sustentables que permitan conectar el Océano Pacífico con el Océano Atlántico: los corredores bioceánicos.
Compartir: